El tiempo no se detiene. Camina sin permisos con trazos delineados hace mucho, muy despacio para unos, muy rápido para otros, a veces volando. El tiempo va pasando y dejando en su horizonte la mirada soñada para quien siempre mantiene la esperanza.
Ha pasado medio siglo. Medio siglo con la esperanza de un día encontrar a alguien.
- Hola, en realidad no busco a nadie, ya me he acostumbrado a estar sola ...
- Pues a mí me pasa lo mismo ...
- Me pareces simpático y por eso te saludo ...
- Gracias por contestar ... yo también te veo simpática ...
- Es difícil hablar con alguien a quien no conoces, no te parece?
- Por supuesto que sí, pero no imposible.
- Si, ya lo veo y de lo difícil pasó a lo posible, a tí que te parece?
- Que lo posible existe y lo estamos haciendo ...
- Sí, pero... si no nos conocemos ...
- Sí, en eso estamos ... conociéndonos ...
- No dejas de ser un desconocido.
- Podría decir lo mismo, mi querida desconocida.
- Pero ...
- Pero ... ¿te importaría conocerme más?
- Quizás tengas razón, lo desconocido se puede tornar conocido.
- Entonces ... ¿te apetece conocerme?
La comunicación se corta ... son las 12 de la noche y no se han dado cuenta de que el permiso permitido por la página de encuentros terminaba a esa hora. Ella no ha podido contestar a la pregunta de su querido desconocido.
Esta lindo este texto, que se multiplique la magia en el mundo entre todas las personas.
ResponderEliminar