miércoles, 4 de mayo de 2011

PESQUISAS

                             

       La elección de esta fotografía como  fuente de inspiración para la tarea encomendada por Irene- descripción de un personaje- me llevó a investigar su procedencia. 
Pensaréis, al igual que yo,  que no es para nada una necesidad saber de una imagen para describirla,  pero,  en este caso,  sí lo fue para mí y os explico por qué. Tuve claro desde el primer momento que esa era la imagen que quería describir, pues las otras dos no me motivaban demasiado. Sin embargo, el bloqueo expresivo que se sucedió a continuación me sorprendió: no podía entender como una imagen que me transmitía tantas cosas podía al mismo tiempo paralizarme de ese modo.
Esa situación se alargó quince días durante los cuales las chicas de verde me acompañaban a todas partes – incluso en la pantalla de mi móvil,  lo cual me sirvió para recoger las impresiones de algunas personas próximas- pero una vez  finalizada la tarea, comprendí la razón que, desde mi punto de vista, la produjo: un exceso de información visual,  sensorial, emocional, narrativa, pictórica,... 
Algo me decía que no podía conformarme con describir al personaje central físicamente e intuir algún aspecto de su personalidad o de su estado.
Tenía que empezar por algún sitio, el plazo se acababa y debía surgir algo con cara y ojos, así que decidí documentarme, al fin y al cabo es un buen recurso para el escritor.
Mis pesquisas, que  comenzaron con  la introducción en Google del título de la imagen, único dato disponible, dieron como resultado un relato en el que la protagonista era la propia autora: ¡Imaginaos: tuve que ponerme en contacto con ella para solicitar su autorización!
La autora es una fotógrafa holandesa cuyo método de trabajo es planificar minuciosamente la escena con todo tipo de detalles, para lo que incluso se deja asesorar por directores de cine; desde su mesa de trabajo aboceta lo que más tarde será la fotografía en sí: modelos, escenario, colores, objetos, planos, hora del día, meteorología, etc. Después, realiza la foto el día adecuado, en la época del año adecuada, con la luz adecuada... Comprenderéis ahora el por qué de mi "atasco" descriptivo: había toda una historia en esa foto, su autora se había ocupado de que así fuera.
Ellen Kooi suele,  de nuevo en su mesa de trabajo,  retocar digitalmente sus fotografías con lo que consigue un aire onírico, cierta magia transgresora de la realidad.
Despejar el significado del  título de la fotografía seguramente me aportaría mucha información y de nuevo Google: “Hazerswoude-Tsjechov” es un lugar de Holanda y los canales holandeses están muy presentes en la obra de la artista. Para ella el agua  simboliza el paso del tiempo – debe ser algo así como lo de  Manrique  “nuestras vidas son los ríos…”-
Finalmente comprendí que necesitaba recrear mentalmente una historia,  con las  mujeres de la foto como protagonistas, para poder describirlas del modo que realmente me apetecía hacerlo: del exterior al interior de los personajes, pasando por su vida.
Y un buen día apareció la estructura del relato: un mail misterioso, una cita, una petición de ayuda, una historia y de esa forma nació “Las mujeres de Hazerswoude”:
Una periodista barcelonesa recibe un mail de la conocida  fotógrafa holandesa Ellen Kooi  en la que le pide una cita con cierta urgencia para hablar de uno de sus trabajos. El motivo, un reportaje realizado en un periódico local del que valoraba especialmente la crítica que había hecho de una de sus imágenes.  La curiosidad y el misterio rodean el encuentro.
A continuación surge la historia que hay detrás de la imagen en cuestión,   narrada en tercera persona por un periodista que pone al servicio de Ellen Kooi su habilidad expresiva  a partir del relato del extraño suceso acontecido a la fotógrafa durante el invierno de 2006 en Hazerswoude.
El relato se encuentra  actualmente en el taller de revisiones de Irene Renau, a  quien la “periodista ha confiado a su vez la corrección.  Pronto será publicado mejorando lo presente.

PD.: Lo olvidaba: me puse en contacto con Ellen, le envié la historia y mis datos y le pedí autorización para utilizar su nombre en ella. Yo no sé inglés así que me ayudé de traductores on line y como pude me hice entender. Ellen me respondió personalmente pidiéndome un “english version” del relato. Desde aquí vuelvo dar las gracias a mi amigo Pedro Moreno que me la tradujo al inglés. Ellen, muy amable, me hacía saber días después que le parecía una “very nice story” y que podía publicarla sin problemas.
Toda una aventura, Irene, compañer@s.


2 comentarios:

  1. Esta foto es una joya.
    Felicidades.
    www.laesferacultural.com

    ResponderEliminar
  2. La foto me encanta y cuándo leeremos el relato que brotó de ella?

    ResponderEliminar