jueves, 3 de marzo de 2011

EL FRÍO DEL FUMADOR de Marta Pantiga

         Daba pataditas de manera arrítmica sobre la acera intentando calentarse los pies. Los escasos transeúntes que pasaban por la calle la miraban con una mezcla de repulsa y condena, como diciendo, te está bien empleado el frío que pasas. Ella siguió impertérrita, arrebujada en su abrigo completamente abotonado, pertrechada con bufanda y guantes.

El frío caía a plomo del cielo estrellado. Se apartó de la puerta para dejar pasar a una pareja que entraba en el local, la miraron como quien mira una cucaracha, con cara de asco, le dio igual, aunque sintió una punzada de dolor en el espíritu al sentir el calorcito y el ruido de fondo que se escapaba del local a través de la puerta entreabierta,” los paraísos perdidos”, pensó para sí.
No le importaba que hubieran pasado casi veinte años desde la prohibición, era una transgresora y lo seguiría siendo, nada podía igualar esos momentos en los que saboreaba su libertad personal. Siguió un momento con su baile silencioso, sintiendo aquel frío que ponía precio a su libertad, exhaló la última calada del cigarrillo, disfrutando de la visión del humo uniforme perdiéndose en la noche, tiró la colilla al suelo, la pisó, y sonriéndose, sintiendo el regusto prohibido del tabaco en sus labios, volvió a entrar en el local, donde el resto de la humanidad seguía obedientemente las reglas establecidas.

2 comentarios:

  1. Me parece muy bueno este relato, Transmite la inspiración en una escena muy real y consigue que nos solidaricemos con la soledad del personaje en un futuro a veinte años, pero inexorable. Estoy pensando seriamente en volver a fumar.

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  2. ¡¡ Que bien transmite!!

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